miércoles, 3 de marzo de 2021

La verdad en la realidad 03

 


La noche que pasamos allí, la verdad, no pude dormir. Estuve pensando en todo lo sucedido, esos perros nos podían haber matado, luego que la señora Oastler empeorara esa noche, esas huellas en la puerta y en el suelo, de un perro grande y, por esa pata que tenía esas garras (que serían las que arañó la puerta, daban a entender que todo lo que leímos sobre el Barghest era cierto, o por lo menos eran las mismas cosas que dicen en su leyenda. 

Esa noche acompañé a Sir Creig, para seguir un poco las huellas, a ver dónde iban. Pero vimos que nos llevaban a una parte muy frondosa del bosque. Lo extraño, era que desaparecían sin motivo aparente, era como si se hubiera desvanecido. Pero, cuando nos íbamos, noté como si alguien nos miraba; cuando giré la cabeza, vi una mujer con pelo rubio y largo, con piel oscura y vestido largo de color verde casi esmeralda, y, aunque estaba lloviznando, parecía como si no se hubiera mojado. Cuando cruzamos las miradas, se asustó y se escondió detrás de un gran árbol. Fuimos a buscarla y también desapareció.

Sé lo que vi, y la vi muy bien y ella también a mí…Esa chica seguro que sabe algo.

El profesor nos comentó que a la Señora Oastler parecía que esa maldición la estaba afectando. Yo pensaba que podía ser una enfermedad común y su fiebre se podía bajar con hielo.

 Pero el profesor tiene razón, si es culpa del Barghest, no le haría efecto…

Tengo que aprender mucho sobre este mundo tan desconocido. Antes, diría que los remedios de chamanes y otros remedios caseros serian patrañas y no funcionarían, pero ahora, las cosas ya no las veo igual, y a muchas enfermedades que desconocemos, pueden ser provocados por seres como el Barghest.

Al día siguiente, el señor Oastler, nos cedió un carruaje para ir a visitar al cazador. Durante el trayecto, pudimos ver que Leeds no era un simple pueblo. En un pasado lo fue, pero ahora es muy grande. Se podría decir que era una ciudad industrializada; la atravesamos de lado a lado. Fuimos a las afueras a una casa modesta de madera. En ese instante, la lluvia cesó, pero olía a humedad y a animales, aunque solo pudimos ver en ese momento a un perro. Nos atendió la mujer del cazador, una mujer joven de unos 25 años, con un niño en los brazos de no más de 1 año y escondiéndose detrás de la falda y sacando la cabeza, otro de más o menos 5 años. Cuando nos llevó a ver a su marido, comprobamos que estaba sudando, también de fiebre. Y, mientras la mujer nos traía un barreño con agua fría y un paño, el profesor examinó al cazador y en el pecho tenía unas marcas muy profundas. 

El hombre se despierta y nos ve examinarle, se pone nervioso porque cree que le queremos quitar la recompensa del Barghest, pero le calmamos diciéndole que no y que, si logramos matarle, la recompensa será suya. Visto cómo viven, lo necesitan, así que me comprometo a pagársela yo misma.

Pero de repente, cuando el hombre nos iba a hablar sobre lo ocurrido en el bosque, un grito de afuera de la casa nos llamó la atención, era la mujer. Cuando salimos, había 3 perros atacando a la mujer. El ataque fue brutal y rapidísimo No llegamos a tiempo y la mataron. Sir Creig rápidamente, disparó a uno de los perros, los otros perros se percataron de nuestra presencia y se volvieron para atacar a mis compañeros. Uno de los perros hizo presa en el profesor y le tiró al suelo. El profesor intentaba defenderse, pero no bastaba. Por suerte pude disparar al can; le hice poco daño, pero lo suficiente para que dejara al profesor.  El que fue a por Sir Creig no le hizo daño, de hecho, lo tenía controlado (gracias a su armadura de caballero encubierta). Pero el perro que estaba cerca del profesor parecía que se iba a levantar, con lo que le disparé de nuevo, provocándole la muerte y Sir Creig disparó al que le atacaba, le aturdió un poco, pero aún seguía en pie.

El profesor quiso hacer algo con su pistola de chispas que no funcionaba, así que le dio con la culata, pero no le hizo nada destacable, solo le aturdió más. Por suerte sir Creig le disparó de nuevo y lo mató.

 Por fin nos deshicimos de ellos, pero era tarde, ya que mataron a la mujer. Me quedé afuera para tapar el cuerpo de la mujer: había dos niños dentro de la casa y no tenían que verla así… 

Me pregunto si los perros nos siguieron a nosotros o fue casualidad de que la atacaran y coincidimos en el momento y lugar. 

Ya tapada la mujer, entré en la casa para ver a los niños. Luego mis compañeros me dijeron lo que el cazador les contó lo que sabía de la bestia: que lo vio en la colina del sur, en unos túmulos, con piedras antiguas, con signos de espirales. Que había dado al Barghest, que, al recibir el disparo, se disipó como el humo, pero que si sigue atacando es porque habrá más de uno.

El profesor se puso a hacer un amuleto para que frenara un poco la maldición, con cosas de la casa. Le tardó un poco, pero al parecer lo consiguió. Me parece cosas raras los amuletos, pero si funcionan, empezare a creer más en ellos.

Decidimos que, como aún era de día, iríamos a los túmulos antes de que se hiciera de noche. Estábamos algo cansados y no habíamos comido, pero todos pensamos que mejor era ir a mirar un poco los túmulos y luego regresar. Durante el trayecto, el profesor hizo algo a las armas, según él, las bendijo, para que pudiéramos dañar a los seres inmateriales. El cazador dijo que le había disparado, (lo que no sé, es si hay dos como él decía o es que sus balas no sirvieron). Entonces, a lo mejor, lo que hizo el profesor podría funcionar. Me fui con esa esperanza. 

Por el camino vimos pocas casas y las que había estaban muy separadas, Vimos varios túmulos, pero gracias a mis compañeros, siguiendo huellas y a que sir Creig observó una maleza algo distinta de las demás, nos acercamos y vi un túmulo algo distinto de los otros, así que nos acercamos. Había una entrada, tapada, por piedras; así que empezamos a quitarlas y conseguimos hacer una apertura, lo suficiente para que pudiéramos entrar uno a uno

 Entró primero Sir Creig, luego le seguí yo y detrás venía el profesor.

Estábamos en una curva del túnel cuando, delante de Sir Creig, apareció el Barghest. En ese momento, Sir Creig nos indicó que retrocediéramos, pero al estar los 3 en el mini túnel, lo teníamos complicado, así que le disparó, pero no le hizo mucho daño. El Barghest le intenta dar un zarpazo, que, por suerte sólo rasgó el aire. Él caballero alargó el brazo armado hasta meter el cañón del revolver en la boca del Barghest y disparar, provocándole una herida, que en orto ser vivo le habría agujereado al cabeza, pero que al Barghest sólo lo aturdió un rato.

Nosotros salimos de allí con dificultad, pero aún seguíamos en el túnel. Por desgracia, el Barghest había mordido a Sir Creig en la lucha, pero por suerte no le mordió muy profundo.

El ser nos perseguía y Sir Creig intentó dispararle, pero el dolor del mordisco hace que el disparo que realiza no alcance a la bestia.

 Por fin salimos el profesor y yo del túnel, así podría apoyar a Sir Creig con fuego de cobertura (creo que así se dice). -” Hay que matarlo, ha mordido a Sir Creig y eso no es bueno por la maldición, así que no nos podemos ir. ¡Hay que matarlo!”- me dije.

 Una vez Sir Creig afuera, también le disparé yo, por suerte pude alcanzarle y le dejé dolido e indeciso, pero aún con vida:

…El profesor empieza a llamar su atención para que este pendiente de él y así darnos tiempo para dispararle de nuevo. Sir Creig dispara, pero, aunque le ha dado, aún sigue acercándose, es duro el Barghest, pero vemos que está bajando sus fuerzas. Intenta morder de nuevo, pero no consigue morder a nadie; vuelvo a dispararle yo también y, en ese momento, vemos que desaparece en un humo negro que entra de nuevo en el túnel y decidimos seguirlo…

Adentro pudimos ver que el humo estaba flotando sobre un montón de huesos y de repente entró en ellos. En ese momento, el profesor machacó los huesos y hasta se guardó algunos trozos.

 Aun no me creo lo que ha pasado, tengo que admitir que es verdad, y hasta creo que las balas que el profesor nos bendijo en verdad hicieron efecto. Si no, no creo que hubiéramos podido matarle, ya que las balas simples como las del cazador no hicieron nada. Conseguimos llegar al carromato, mis compañeros magullados y heridos, con mucho cansancio y con hambre, vamos, un día muy completo, por no decir demasiado, desde que llegamos hasta que vencimos al Barghest.

Al día siguiente nos despertamos muy hambrientos y aún cansados, pero las noticias que recibimos nos alegraron la mañana. La señora Oastler despertó como si no hubiera pasado nada, se sentía fantásticamente y uno de los empleados nos comunicó que el cazador también se sentía muy bien y hasta salió de la cama.

Sé que una vida no se paga con dinero, pero el cazador se quedó solo con 2 criaturas pequeñas, así que le dejé un pagare para que tuviera un apoyo para la crianza.

En el trayecto de vuelta, estuvimos hablando de la misión y el profesor nos comentó que antes de desmayarse, le había parecido ver a la chica que le describí la noche anterior. Eso me hizo pensar que esta chica, no estaba en el bosque por casualidad, sino que creo que ella fue la que invoco al Barghest, la pregunta es ¿Por qué?.........

Me queda mucho por aprender, pero con esta primera misión, comprendí, que hay muchas cosas ocultas delante de nuestros ojos.


 Partida de rol online, échale un vistazo y dime que te parece.


4 comentarios:

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    1. Jajaja estoy haciendo mi saga personal jajja, espero que te este gustando.

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  2. Una maravilla de diario de partida. Espero poder leer muchos capítulos más.

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    1. Me alegra que te guste y te gusten la continuación de la partida y diarios jaja y gracias por crearlos :)

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